SEÑAS DE IDENTIDAD

Como señas de identidad, propias e intransferibles, de la Función del Señor, podemos puntualizar algunos rasgos fundamentales que le otorgan carta de naturaleza propia. En este sentido, pasamos a argumentar varios aspectos.

En primer lugar, podemos hablar a nuestro juicio, de la mayor particularidad probada de nuestras fiestas. Apuntamos a la procesión gloriosa del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz. Esta procesión tiene enorme idiosincrasia, porque además de ser la única de ese día en toda la provincia de Sevilla, tiene carácter cristífera, en la que el principal protagonista es un crucificado, cuando lo más normal en este tipo de procesiones veraniegas y de gloria, es la procesión de la imagen de una Virgen o de un santo. Asimismo, el titular crucero, es uno de los pocos crucificados que sale en procesión dos veces al año, una este día y otra en Semana Santa –Viernes Santo–.

Otro cariz digno de propagar, es la forma que logran los arcos del alumbrado extraordinario, basando el dibujo en guirnaldas de bombillas, modo muy característico de Tocina, así como la combinación alterna de los colores nacionales y autonómicos en las banderas que exornan las calles.

La Función del Señor se organiza y se vive en lo público y en lo íntimo. Cabe hacer referencia a la vida de calle que practica el tocinense estos días. Los banquetes vecinales en plena calle, donde las amistades y las familias conviven y comparten, generando auténticos convites y veladas en los días centrales de las fiestas, contienen un alto valor humano. Ninguna fiesta a nivel local propicia más las relaciones y la convivencia del pueblo. Son días que la fiesta se traslada al plano más íntimo de un barrio, de una calle, de un bloque de pisos, de una plaza… En esos festines, la gastronomía tiene notable importancia. Las mujeres preparan exquisitos manjares, elaborando platos y recetas para tapear. Los guisos colectivos de carnes, las paellas, los potajes de garbanzos invitan a reunirse y almorzar juntos.

El 14 de septiembre es el día grande de Tocina. No existe otro día ni otra fiesta en la que se pueda observar más paisanos con residencia fuera de nuestra localidad. Paisanos que, pese a vivir en otros núcleos de población, en ocasiones bastante distantes, tienen presente el pueblo que los vio nacer, sus parientes, sus amigos y especialmente su día del Señor. Desde la diáspora, el tocinense siempre hace un esfuerzo para volver a su tierra este día, porque así lo entiende y así se lo inculcaron. Es el día propio de encuentros y abrazos, de saludos y recuerdos, de sonrisas y alegría. Sin poder controlarse el tiempo, apenas se vive, y ya se ha vivido. Apenas se ve, y ya se ha visto…

La Función del Señor clausura el período estival y festivo de Tocina. Pasadas las fiestas parece hasta cambiar el clima; los niños vuelven al colegio, los que nos han acompañado regresan a sus lugares de origen, en definitiva, acaba el verano y comienza un nuevo curso.

La Hermandad pretende alcanzar este reconocimiento para contribución en la difusión de las celebraciones. A un pueblo, como bien dice el Sr. Alcalde, “lo hace singular sus fiestas y el Catorce de Septiembre, forma parte de la singularidad de Tocina”. La declaración como Fiesta de Interés Turístico de Andalucía, no sólo supondría la promoción de la Función del Señor, del pueblo y de la Hermandad; ni redundaría exclusivamente en la economía local y en los circuitos turísticos; significaría la valoración oficial de nuestra cultura, y la consolidación definitiva de la fiesta.

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